sábado, 26 de marzo de 2011

rosa, mujer pecadora..

era la puerta, dejada, en el día, do muere una flor..
en el alba era una rosa, y sonreía.

y no fue a defender, a la rosa,
aquel mudo testigo que pudo comprar, la noche,
con sus versos de luna,
el favor, o el amor de mujer, pecadora..

era un pecado, y un beso, por pecar..
que había, pecado, en tus pecados pecadores..
era la rosa del estío,
el último vestigio de la primavera, rota..
era, aquel beso que pecó por vez primeras, en mis quimeras..

era el remanso, el silencio de un gorjeo, de gorrión..
era el ruiseñor, cantor de mis nostalgias..
en las horas secas, del invierno,
tan delgadas, como la brizna del pasado..

y allí, estabas tú, golondrina boreal..
cáliz del huerto, del edén,
vergel de pecados y aventuras..

y en la curvatura de la roja rosa,
en el cariz de dos pétalos..
allí, anida una brisca de rocío..
de cristalino acento y de nevisca frescura..

allí, do viaja el invierno,
espera el abrigo una flor, herida!
y festeja la aurora su olor a heno
festeja el ocaso, su prosa vencida..

era el huerto, yermo, a deshoras, do vuela un gorrión..
era alba, y una rosa y sonreía..

y en el nido y pupilas del puerto
un anciano fingía
ser tu amigo, amante…un concierto..
de amor en su voz, lejanía..

poesía migueliana

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